domingo, 3 de julio de 2016

Verano cuenta las horas


Los campos maduran tranquilos. Todo es expectativa, posibilidad. ¿Llegará la cosecha a su previsible final?.
Languidecen los días con el calor. Campos repletos de espigas cuyas cabezas se doblan henchidas por el peso del símbolo de la abundancia.  El sol brilla danzante mientras juega en el claro oscuro de las hojas de la parra, atrapado por luminosas esferas que custodian en su interior la promesa de futuros brindis.  Frutas nuevas, coloridas y dulces, para degustar en las tardesnoches largas y olorosas. Bajo la luz del crepúsculo transformado en una manta fresca cuajada de estrellas. 
Los trabajos se cumplieron. Es tiempo de esperar. De ensoñar.
Desde su privilegiado trono, la Reina y su Dama os reciben al llegar a mi hogar.

Fotos de las dos más cerca.
 

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