martes, 22 de septiembre de 2015

Taller Washi Ningyo 3D (Septiembre-2015): Quería nacer

Ya está aquí. Ya llegó. El siguiente reto/curso se superó.

Los pasados días 18 y 19 de Septiembre, en La Dominotería, “disfrutamos” de la siguiente prueba de superación, con resultado magnífico, que propuso Merche. Una preciosísima muñeca en 3D. Hace tiempo que fuimos dejando atrás los proyectos de muñecas planas o 2D y este es el segundo (o tercer curso) que dedicamos a las muñecas que tienen vida fuera de las cajitas de marco y cristal, también llamadas cuadros.
¡Y vaya que si tienen vida! Si hasta deciden por su cuenta.

Bueno, al lío. Nos presentamos un grupito de cinco osadas concursantes, algunas ya con una cierta experiencia en supervivencia. Esa experiencia es muuuuuuy necesaria para no salir corriendo en la primera media hora y aguantar. Lo que en un futuro se convertirá en hermosa y grácil mariposa debe iniciar su camino como fea oruga. Así lo dicen mamá Naturaleza y la seño Merche pero casi da miedito verlo. Y cuesta creerlo, hasta el encantador final.

Aquí veis el proyecto, tal y como estaba previsto. Una adorable monería ¿verdad? 



Pues acabaron surgiendo 4 adorables monerías, cada una digna representante del estilo y personalidad de su autora.

¿Cuatro?, diréis. ¿Y la quinta?, diréis. Pues la quinta mostró su carácter desde el minuto menos cero. Empiezas haciendo la cabeza y ya apareció una cabeza perfecta, peeeeeeero…

"Merche — Es grande y alargada. Que poco femenina. Que raro ¿no?
Yo — Bueno, no se, igual es que será una muñeca más grande. Si en lugar de hacer un moño alto lo hago bajo y lo ensancho por los laterales, puede que la cabeza no resulte tan alargada, ya veremos."

Seguimos adelante formando el cuerpo (lo hice más grande por aquello de la proporción). Decidimos el papel para vestirlas, en mi caso un rojo que quitaba el hipo: una chifladura. El siguiente paso es decidir otro papel para el kimono interior, en mi caso un papel que daba tonalidades de oro viejo. Fue amor a primera vista. Hacían una pareja perfecta.
Coloco los dos papeles en posición de vestir a la muñeca y……

"Yo — Merche, “esta” es un chico. Todo un señor Samurai.
Merche — Esto no puede ser. Si ahora no tocaban chicos. Tenía que ser una Geisha, una Señora de la casa, o similar. ¿Cómo ha podido ser que se nos haya colado un Samurai? ¡A ti te tenía que pasar!
Yo — Bueno, ya sabes que cada muñeca tiene vida propia y este se ha apañado bien para presentarse en sociedad."

Habiendo aceptado que si, que se nos había colado un Samurai en el curso, decidimos que al día siguiente veríamos como seguir con el proyecto, esta vez de chico. Fuera flores, moños femeninos, abanicos y demás adornos. En fin.

Al día siguiente, mientras mis compañeras seguían trabajando con gusto y ganas en sus preciosas geishas, que alguna salió regia señora y otras coquetuelas casaderas, yo tomé el asunto del samurai en serio y, con la ayuda y consejo de Merche, él también surgió de su crisálida luciendo un vibrante resultado, con su katana (espada larga) y su wakizashi (espada corta) al cinto. Calvete y con patillas, por supuesto. 

La foto del grupo está bajo custodia de Merche.

Muchas gracias a todas mis compañeras de curso por vuestra compañía. Fue muy agradable compartir estos dos días con vosotras y ver surgir la magia de nuevo.
A Paloma, por mantener el ritmo desde el primer curso y hacer que cada posible futuro encuentro conlleve un nuevo reencuentro.
Y a Merche, por aguantarnos. Mucho. Nos propone un reto y luego le toca lidiar con cualquier cosa que pueda surgir. Y mira que la hacemos currar. (Ssshh: Que no se entere, pero creo que se lo pasa bien y todo). 

— Pero, Teresa ¿Cómo ha podido pasar?

— Quería nacer. Y al parecer lo quería mucho. Mírale que guapetón y señorial está.



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