domingo, 29 de noviembre de 2015

De tal astilla, tal palo o la historia de unas cajas — Capitulo 2º




¿Recordais el punto? Pues no era final, es “… y seguido”

Resulta que yo me animé / ella me animó a sacar las agujas de ganchillo / crochet (en adelante, también ganchos) a que se airearan un poco y rápidamente decidí qué hacer con un tiempo que amenazaba con convertirse en muerto de aburrimiento. Algo que no soporto. Hasta ahí podíamos llegar.

Y empecé a practicar con lo que pasaba por delante de la pantalla del ordenador. Buscaba patrones, practicaba con puntos ya olvidados, rellenaba y probaba consistencias, y de vez en cuando me tomaba libertades interpretativas de los patrones.
Decidí que esas prácticas merecían un buen destino y encontré no solo uno sino seis destinos: mis compañeras de desayuno laboral. Ellas, sin saberlo, se convirtieron en mi excusa para mantenerme ocupada y evitar nubes negras en la cabeza, que eso es muy chungo.
Variando el patrón inicial del alfiletero, aproveché la lazada exterior del borde para insertar un remate de color a cada punto y además hice otros cinco puntos diferentes que mi fotógrafa decidió presentar como si fueran bollos o algo.
No está nada mal para unos modestos alfileteros ¿Verdad?



Continuara…..... (prometido) ;


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